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Los tres cerebros

5. El neurovegetativo o "autónomo"

Por más que nos esforcemos en inventar elementos exóticos, desde el punto de vista motor o eferente, el sistema nervioso funciona haciendo dos cosas, y sólo dos: actúa sobre músculos y glándulas. Nada más -y nada menos- que esa simpleza. Claro: los músculos pueden ser lisos (vísceras, involuntarios) o estriados (músculos esqueléticos, voluntarios), las glándulas pueden ser exocrinas (sudoríparas, digestivas) o endocrinas (hipófisis, tiroides). A la vez, la influencia puede ser estimuladora o inhibidora.

Si queremos referirnos al sistema sensorial o aferente, hemos de saber que su capacidad incluye tanto las percepciones del mundo exterior (sentidos) como del interior (propiocepción), aunque de esta última no exista tanto registro “consciente”. 

Y a partir de ahora la complejidad es infinita.

Para aliviarla un poco, vamos a contar con las valiosas ayudas de: Bases fisiológicas de la práctica médica, de Best, Taylor y West, cap 69; Mecanismos de control visceral, pág. 1414 y Neurociencias, de House, Pansky y Siegel, cap. 14; Sistema eferente visceral general, pág. 260.

¿Pero qué es, básicamente, este famoso sistema neurovegetativo?

Es el sistema motor que regula los órganos (vísceras) del cuerpo. Incluye el control de todos los músculos lisos (involuntarios), el músculo cardíaco y las glándulas.

La existencia multicelular depende de una distribución continua y equitativa de nutrientes y de la eliminación simultánea de desechos en todas las células del cuerpo. Esto debe ser logrado dentro de un contexto de demandas fisiológicas ampliamente diferentes y del estrés impuesto por un medio que varía constantemente. Necesita del control diferencial de los músculos lisos, del cardíaco y de las glándulas entre varios sistemas viscerales diferentes y con control de interdependencia. También comanda la integración funcional de estos sistemas con actividades adecuadas de los músculos esqueléticos.

Se esboza así un contraste general entre el sistema nervioso somático que en general gobierna la musculatura esquelética, y el sistema nervioso visceral, que en general gobierna los músculos lisos, el cardíaco y las glándulas. Los controles nerviosos viscerales mantienen un medio interno dinámico, el cual es necesario para el correcto funcionamiento de las células, tejidos y órganos. Como sucede con la organización del sistema nervioso somático, la organización visceral incluye reflejos y procesos integrativos de orden sucesivamente superior. Dentro del sistema nervioso se mantiene una coordinación interdependiente entre los controles somático y visceral, y esta integración viscerosomática se logra entre los circuitos longitudinales, del mismo modo que con los circuitos segmentales.

El sistema nervioso autónomo tiene dos divisiones funcionales: el simpático o división tóraco-lumbar, y el parasimpático o división cráneo-sacra. El sistema autónomo se caracteriza por poseer relevos entre el sistema nervioso central y las vísceras en numerosos ganglios periféricos completos con interneuronas, lo cual lo provee de una extraordinaria autonomía funcional.

Los sistemas viscerales gobiernan el intercambio respiratorio en los pulmones y los tejidos, con controles a nivel del pulmón, riñón y cerebro; el trabajo cardiovascular a través del cuerpo con diferencias de flujo locales reguladas según las necesidades; contribuciones alimentarias, la ingestión y digestión que implica las funciones gastrointestinales, del hígado, de la vesícula biliar y del páncreas; el metabolismo local diferencial más la eliminación; el balance del agua, con funciones que implican la ingesta de líquidos, y el funcionamiento del riñón y la vejiga, y la reproducción desde el comienzo de ella hasta su final. El gobierno visceral no sólo es continuo durante el sueño y la vigilia, sino que es tan complejo y localmente discriminativo que es obviamente ventajoso, por lo que no estamos obligados a depender de percepciones conscientes y juicios ponderativos para mantener un medio interno dinámicamente equilibrado.

 

Las divisiones simpática y parasimpática  del sistema nervioso autónomo difieren en varios aspectos morfológicos, farmacológicos y funcionales. Aunque operan a menudo de modo antagónico, es adecuado reconocer su capacidad para la cooperación integrada. Hess enfatizó que la activación simpática permite que el organismo movilice y gaste energía. La aceleración del corazón se ve acompañada de relajación de la pared de las coronarias y contracción de las arteriolas periféricas con la consiguiente elevación de la presión de perfusión sanguínea (aumenta la presión arterial), la ventilación aumentada se une a la relajación de la musculatura de los bronquios, la sangre que llega en aumento a los músculos esqueléticos es aportada por la contracción de las venas esplácnicas (aparato digestivo), la apertura de la pupila permite que entre más luz al ojo. Todas estas contribuciones simpáticas permiten un correcto trabajo de todos los efectores puestos en juego a favor del organismo durante las emergencias.

Hess llamó ergotrópicas a esas funciones (ergo = energía, trópicas = liberación).

Las funciones parasimpáticas, incluyendo la disminución del diámetro pupilar, la secreción gastrointestinal y  la peristalsis con la relajación de los esfínteres intestinales, la desaceleración del corazón y la reducción de la presión sanguínea, contribuyen a funciones vegetativas conservativas y restauradoras a favor del organismo, por lo tanto se las caracteriza como trofotrópicas (trofos = relacionado a la nutrición).

La actividad autónoma crea un medio operativo para las células y tejidos del cuerpo, ajustando a este medio de modo diferencial, de acuerdo con las demandas globales y locales, y específicamente en amplio apoyo del comportamiento somático. Opera constantemente y de modo continuo, ajustando sus funciones de acuerdo con los requerimientos somáticos y viscerales. 

Las acciones autonómicas no son necesariamente secundarias a las funciones somáticas, y como todos sabemos por experiencia propia, dominan muchas veces. A través de acciones asociadas con el comportamiento emocional, el sistema nervioso autónomo prepara al cuerpo para los requerimientos somáticos y viscerales de comportamiento anticipado. Por ejemplo: aumenta el gasto cardíaco, canaliza el flujo sanguíneo para salvaguardar los requerimientos metabólicos de emergencia para el corazón, cerebro y músculos esqueléticos, hace que estén disponibles las fuentes energéticas, y por lo tanto prepara al organismo para una actividad vigorosa y urgente. De esta manera , el comportamiento visceral apoya y anticipa las necesidades del cuerpo.

Los neurotransmisores de este sistema que operan en las sinapsis (los sitios donde se transmite el impulso nervioso) son básicamente dos: la acetilcolina y la adrenalina / noradrenalina. El primero opera en todo el sistema parasimpático y en parte del simpático, mientras que el segundo lo hace a nivel del simpático. Es importante saber que la extraordinaria versatilidad de este sistema tiene relación con la conducta de la acetilcolina y con los diferentes receptores que posee el simpático. Por ejemplo: la acetilcolina es el principal transmisor para todos los ganglios autónomos, donde sus acciones son iguales a las de la nicotina, pero en las terminaciones postganglionares del parasimpático, sus acciones son parecidas a las de la muscarina, una droga aislada de ciertas especies de hongos.

Como muestra de que no basta un neurotransmisor para explicar sus efectos, sino también el sitio donde llega el mensaje, a continuación se exponen estos receptores para el sistema  simpático o adrenérgico (por adrenalina). Estas diferencias explican porqué el mismo compuesto acciona de manera distinta en variados tejidos. Y también ilustrará acerca de la razón por la cual se utilizan los conocidos bloqueantes-beta para trastornos hipertensivos y cardíacos.   

Funciones de los receptores adrenérgicos alfa y beta

1.    Receptores alfa

bullet

Vasoconstricción, especialmente de los vasos de la piel, de la mucosa del intestino, las glándulas salivares, los pulmones, la circulación cerebral.

bullet

Estimulación de la contracción del músculo radial del iris (pupilodilatación), de los músculos pilomotores, del músculo del útero y del uréter.

bullet

Estimulación de la glucogenólisis (suministro de glucosa almacenada en forma de glucógeno).

bullet

Inhibición de la secreción de insulina.

bullet

Inhibición del músculo liso del intestino.

2.  Receptores beta 1

bullet

            Estimulación de la lipólisis (partición de las grasas)

bullet

Estimulación del corazón con cardioaceleración, aumento en la contractilidad del músculo de las aurículas y los ventrículos.

3.  Receptores beta 2

bullet

Vasodilatación de la circulación coronaria y en músculo esquelético, y posiblemente en el hígado.

bullet

Relajación del músculo de los bronquios y del útero.

bullet

Estimulación de la secreción de insulina.  

 

Como se trata de un tema crucial en la medicina energética, vamos a detenernos un poco más en la acción diferencial del simpático y el parasimpático, insistiendo en algo que ha sido anteriormente sugerido: el comportamiento final dependerá de la situación e “intencionalidad” del biosistema. 

También repasamos algunos conceptos vertidos anteriormente, al considerar las funciones límbicas e hipotalámicas, Mientras que la responsabilidad del tallo cerebral (cerebro reptiliano) parece enfatizar reflejos y controles que poseen principalmente responsabilidades vitales, el hipotálamo posee representaciones que se relacionan con combinaciones más globales e interdependientes, tales como el control de las economías térmica y nutritiva, los controles neuroendocrinos, las actividades neuroendocrinas y de comportamiento relacionadas con la reproducción, etc. El sistema límbico parece representar y re-representar en varias combinaciones una aún mayor variedad de signos y síntomas. Estas combinaciones pueden asociarse con la experiencia emocional y con la expresión.

Mac Lean (1958), ha hecho la interesante generalización de que la región anteromedial del sistema límbico, especialmente el septum, representa una agrupación de funciones asociadas con la supervivencia de la especie. La parte anterolateral del mismo sistema, especialmente la amígdala cerebral, representa un conjunto de funciones relacionadas con la supervivencia del individuo. La estimulación de cada una de esas regiones causará la iniciación de comportamientos que tienen que ver con el cuidado personal, la búsqueda de alimentos, la protección. Pero en el septum, estas funciones se relacionan con el buscar y cortejar una pareja, alimentarla,  protegerla y hacer lo mismo con la descendencia. Mientras que en la amígdala, las mismas respuestas se dirigen a servir las necesidades del individuo. 

Por otra parte, el sistema nervioso autónomo opera con procesos integrativos evolucionariamente primitivos, como si algunas soluciones evolutivas primitivas para los problemas que plantea la supervivencia, probablemente practicadas por los invertebrados, se conservasen a través de la línea de los vertebrados.

Con estas consideraciones en mente, veremos la siguiente tabla acerca de la acción diferencial del simpático y del parasimpático sobre los mismos efectores:

Acciones del simpático y del parasimpático

Órgano

Acción simpática

Acción parasimpática

Erector de pelo

Erección del pelo

No probado que exista

Músculo de la vejiga

Relaja

Contrae

Tejido cavernoso del pene

Deturgencia

Turgencia

Músculo ciliar

Relaja

Contrae

Cólon

Inhibe la peristalsis

Excita la peristalsis

Vasos coronarios

Dilata

Contrae

Músculo cardíaco

Acelera el ritmo

Reduce frecuencia

Iris del ojo

Dilata la pupila

Contrae la pupila

Riñón

Comprime la pelvis y los vasos

No probado que exista

Glándula lagrimal

Vasoconstricción, reduce la secreción

Estimula la secreción

Hígado

Glicogenólisis

Glucogénesis

Pulmón

Relaja los bronquios

Contrae los bronquios

Glándula mamaria

Comprime los conductos

No probado que exista

Glándulas nasales y bucales

Vasoconstricción, reduce la secreción

Estimula la secreción

Páncreas

Vasoconstricción, reduce la secreción

Estimula la secreción

Glándula parótida

Vasoconstricción, reduce la secreción

Estimula la secreción

Estómago

Inhibe la peristalsis y la secreción, vasoconstricción.

Estimula la peristalsis y las secreciones

Intestino delgado

Inhibe la peristalsis y la secreción

Estimula la peristalsis y las secreciones

Esfínteres anal, pilórico y uretral

Contrae

Relajan

Glándulas submaxilar y sublingual

Vasoconstricción, reduce la secreción

Estimula la secreción

Glándulas sudoríparas

Estimula la secreción

No probado que exista

En la tabla hay algunos olvidos u omisiones típicos de la visión mecanicista. Es el caso de la presión arterial sistémica, las glándulas suprarrenales y los órganos sexuales, de los cuales sólo menciona “el tejido cavernoso del pene”. Respecto de la presión y las suprarrenales, el simpático la aumenta y estimula la secreción, respectivamente.

En los órganos sexuales femeninos, el simpático estimula la musculatura lisa, disminuye la secreción de todas las glándulas y del caudal sanguíneo, mientras que el parasimpático produce el efecto inverso: relaja la musculatura lisa y estimula tanto la secreción glandular y el flujo sanguíneo. En el hombre el efecto del simpático consiste en estimular la musculatura lisa del escroto y disminuir la secreción glandular y el caudal sanguíneo, al tiempo que el parasimpático ocasiona relajación de la musculatura del escroto y aumento del caudal sanguíneo y de la secreción glandular. 

Ahora podemos construir otra tabla que considere los efectos concretos del sistema o la sensación correspondiente en términos más relacionados con el color de la vida y aportado -como las otras tablas que siguen- por Wilhelm Reich en La función del orgasmo (Pág. 224 y sig.)
 

Simpático y parasimpático según Reich

Órgano

Acción simpática

Acción parasimpática

Musculatura del iris

Dilatación de la pupila

Estrechamiento de la pupila

Glándulas lagrimales

“Ojos secos”

“Ojos brillantes”

Glándulas salivales

“Boca seca”

“Hace agua la boca”

Glándulas sudoríparas

“Sudor frío”

Piel seca

Circulación periférica

“Sudor frío”, palidez

Rubor de la piel, aumento de la turgencia, sin sudor

Erector de pelo

Cabello se “eriza”, “piel de gallina”

Piel lisa

Musculatura bronquial

Relajamiento de los bronquios

Espasmo bronquial

Corazón

Palpitación, taquicardia

Corazón tranquilo, pulso lento

Tracto gastrointestinal, hígado, páncreas, riñones, todas las glándulas digestivas

Disminuye la secreción y los movimientos peristálticos

Estimula el peristaltismo y la secreción de las glándulas digestivas

Suprarrenales

Estimula la secreción de adrenalina

Inhibe la secreción de adrenalina

Vejiga urinaria

Inhibe la micción

Estimula la micción

Órganos sexuales femeninos

Sensación sexual disminuida

Sensación sexual aumentada

Órganos sexuales masculinos

Pene flácido, sensación sexual disminuida

Erección, sensación sexual aumentada

Ahora nos interesa tener una visión más general del funcionamiento de ambos sistemas:  

Grupo vegetativo

Efecto general sobre los tejidos

Efecto central

Efecto periférico

Simpático

Tensión superficial disminuida

Sistólico

Vasoconstricción

   Calcio   (grupo)

Deshidratación

Músculo cardíaco estimulado

 

   Adrenalina

Músculo estriado: paralizado o espástico

 

 

   Colesterina

Irritabilidad eléctrica disminuida

 

 

   Iones H     (ácido)

Consumo de oxígeno aumentado

Presión sanguínea aumentada

 

Parasimpático

Tensión superficial aumentada

Diastólico

Vasodilatación

   Potasio (grupo)

Hidratación (tumescencia de los tejidos)

Músculo cardíaco relajado

 

   Colina

Músculo: tonicidad aumentada

 

 

   Lecitina

Irritabilidad eléctrica aumentada

 

 

   Iones OH(alcalino)

Consumo de oxígeno disminuido

Presión sanguínea disminuida

 

Reich opina que:

“Estos descubrimientos demuestran los siguientes hechos:

1.    La antítesis entre el grupo potasio (parasimpático) y el grupo calcio (simpático): expansión y contracción.

2.    La antítesis del centro y la periferia con respecto a la excitación.

3.    La identidad funcional de las funciones simpáticas y parasimpáticas con la de los estímulos químicos.

4.    La dependencia de la inervación de los órganos individuales, de la unidad y antítesis funcionales del organismo entero.

 

Como ya se ha dicho, todos los impulsos y sensaciones biológicas pueden reducirse a las funciones fundamentales de expansión (elongación, dilatación) y contracción (constricción). ¿Cuál es la relación entre esas dos funciones fundamentales y el sistema nervioso autónomo?

Examinando detalladamente la altamente complicada inervación de los órganos, encontramos que el parasimpático opera dondequiera haya expansión, elongación, hiperemia, turgencia y placer. A la inversa, el simpático se encuentra funcionando dondequiera el organismo se contrae, retira sangre de la periferia, donde hay palidez, angustia o dolor. Dando un paso más, vemos que el parasimpático representa la dirección de la expansión, “fuera del yo, hacia el mundo”, placer y alegría; mientras que el simpático representa la dirección de la contracción, “fuera del mundo, retorno al yo”, pena y dolor. Esta situación sólo se produce cuando el simpático predomina crónicamente, pero habitualmente el proceso vital se desarrolla en una constante alternancia de expansión y contracción.  

Un estudio más detenido demuestra, por una parte, la identidad de la función parasimpática y la función sexual; por otra, la de la función simpática y la función de displacer o angustia. Vemos que durante el placer los vasos sanguíneos se dilatan en la periferia, la piel se enrojece, el placer se siente desde ligeras sensaciones agradables hasta el éxtasis sexual; en cambio, en el estado de angustia la palidez, la contracción de los vasos sanguíneos, corren parejas con el displacer. 

En el placer, “el corazón se expande” (dilatación parasimpática), el pulso es pleno y tranquilo. En la angustia, el corazón se contrae y late rápida y fuertemente. En el primer caso, impulsa la sangre por anchos vasos sanguíneos, su trabajo es fácil; en el segundo, tiene que impulsar la sangre a través de vasos sanguíneos contraídos, y su trabajo es difícil. En el primer caso, la sangre se distribuye principalmente por los vasos periféricos; en el segundo, los vasos contraídos la contienen en la dirección del corazón. Ello hace en seguida evidente por qué la angustia va acompañada por la sensación de opresión y por qué la opresión cardíaca produce angustia. Es el cuadro de la hipertensión cardiovascular, que desempeña un papel tan importante en la medicina orgánica. Esta hipertensión corresponde a un estado general de contracción simpático-tónica en el organismo.

Expresiones funcionales de la angustia y el placer
Órgano / Función Síndrome de angustia Síndrome de placer
Vasos periféricos Contraídos Dilatados
Corazón Acelerado Retardado
Presión sanguínea Aumentada Disminuida
Pupila Dilatada Contraída
Secreción de saliva Disminuida Aumentada
Musculatura Paralizada o espástica En “tono”, relajada

En el nivel psíquico, se experimenta la expansión biológica como placer y la contracción como displacer. En el nivel de los instintos, la expansión y la contracción funcionan respectivamente como excitación sexual y angustia. En un nivel fisiológico más profundo, la expansión y la contracción corresponden a la función del parasimpático y el simpático, respectivamente. Según los descubrimientos de Kraus y Zondek, la función parasimpática puede ser reemplazada por el grupo iónico del potasio y la función simpática por el grupo iónico del calcio. Obtenemos así un cuadro convincente de un funcionamiento unitario en el organismo, desde las sensaciones psíquicas hasta las más profundas reacciones biológicas.

La siguiente tabla presenta ambas series de funciones según su profundidad:

Funciones de expansión y contracción
Placer Displacer 
Sexualidad Angustia
Parasimpático Simpático
Potasio Calcio
Lecitina Colesterina
Iones-OH, colina (bases hidratantes) Iones-H, adrenalina (ácidos deshidratantes)
Función de expansión Función de contracción

Aquí termina la importantísima ayuda de Reich, que podría consultarse con ventaja en el libro y páginas citadas, y seguimos nuestro camino con algunas referencias a los neurotransmisores y a los hemisferios cerebrales, antes de sacar algunas conclusiones.

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