acupuntura-orgon.com.ar
medicina energética

 

Inicio

English 

Deutsch

Presentación 

Esta medicina 

Revi al natural

Investigaciones

Historias 

Programa Azul 

Viaje 

Desintoxicación

Diccionario 

Cerebros  

Para qué sirve

Sociedad

Mapa

Concierto

Funciones

Estadística

Mediciones

Revitalización

Glosario

Enlaces

Plantas

Articulos

Chicos

Acu-Orgón

Gripe porcina

Viagra, Hierbas Chinas

Experimento de Alcoy

Limpieza Hepato-Biliar

Programa de Desintoxicación

La gripe

El Invierno

Los Hidrolizados

Los acumuladores de energía orgón

El Dor-Buster

La Primavera

Cielito Lindo I

Acupuntura estética

La revolución Reich

Talleres

La medicina catastrófica

Los bebés orgónicos

Orgón y Dor 

La Clonación de Idiotas

Revitalización y Envejecimiento

Talleres 2015

El magnesio 

La manta de orgón 

La medicina moderna

Andropausia







 

 



La Andropausia, ese otoño distraído

¿Qué es, cuándo empieza, cómo se desarrolla y por qué tiene menos prensa que la menopausia? ¿Es, acaso, una variedad de castración?

 

 

Dr. Carlos Inza

Buenos Aires, Julio del 2020

Como íbamos diciendo  /  Un poco de etimología siempre ayuda  /  Características de la andropausia  /  ¿Qué está pasando?  /  Niveles de la testosterona y otras hormonas  / ¿Qué función cumple la testosterona? /  Declinación de la función testicular y envejecimiento  /  El declinar sexual, ¿es un proceso general  o especial?  /  Circulación, irrigación, problemas de corazón y disfunción endotelial  /  Disfunción endotelial  /  Erecciones y algo más, la naturaleza mete la cuchara  /  La increíble existencia del hueso peneano  /  Un poco de cientificismo al mango: el que avisa no traiciona  /  Conclusión: ¿qué hacer con la disminución funcional de los testículos en el envejecimiento?  /  Mediciones en puntos de acupuntura  /  Ciertas posibilidades diagnósticas y terapéuticas  /  La andropausia no es un proceso de castración

 

 

                          

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                    

Como íbamos diciendo

Nunca me pasó que algún amigo de entre cuarenta y cincuenta años me dijera: “Tengo turno con el andrólogo, es por la cuestión de la andropausia, ¿sabés?”.  Parece que no es “natural” como sí lo son las consultas ginecológicas de las mujeres de la misma edad, cuando se aproxima la menopausia o ya se está en medio de ese proceso, que parece tan natural simplemente porque lo es. Verán que es muy fácil encontrar el término “menopausia” en cualquier diccionario, pero no tendrán el mismo éxito si buscan “andropausia”. Que aunque no sea lo mismo, se considera su equivalente masculino.

En realidad la cosa viene complicada en cuanto a la información, si de sexualidad masculina se trata. Los varones no tenemos habilitados canales fáciles y eficientes de información que no sean casi secretos y hasta clandestinos. Muchos de nosotros hemos oído consejos paternos equivalentes al cuidado que hay que tener para no pescarse una blenorragia o embarazar a “alguien”: parece que las dos cosas son un “problema”. O sea: se supone que un varón “sabe todo lo que tiene que saber” a partir de la pubertad. Y nunca nadie, en toda su vida, le va a preguntar cómo le va en su vida sexual o algunos otros aspectos de su salud que podrían tener relación. También se supone que cualquier varón es impecable en su desempeño sexual. Es obvio que esto no es cierto, pero la red de ocultamiento que existe sobre esta trascendente función desde sus orígenes (la pubertad, por ejemplo) impide un tratamiento franco y abierto de los problemas que podrían presentarse a lo largo del tiempo. Que sin ninguna duda, se presentan. Es evidente que el secretismo no sirve para nada y puede arruinar gran parte de la vida de muchos hombres que sufren las consecuencias de variadas maneras de disfunción sexual. O no la tienen pero a medida que la vida pasa y los años aumentan, no tienen buena información sobre los cambios que pueden ocurrir. Y, mucho menos, qué puede hacerse para minimizarlos y extender los años de buena condición física y emocional. No con la tonta e imposible idea de “rejuvenecer”, pero sí con la posibilidad de trabajar sobre la energía y retrasar el impacto global del envejecimiento.

Es notable como nos cuesta a los varones hablar de cuestiones ligadas al sexo con apertura y espontaneidad. En este plano las mujeres tienen mucha facilidad, incluso desde la niñez. Las etapas en la vida de una mujer se abordan con claridad y frontalidad desde que son muy chicas y observan la vida con ojos que incluyen la sexualidad y la maternidad. En nosotros, en cambio, son territorios ignorados en los que impera el silencio. O porque se supone que “sabés todo” (y no sabés nada) o porque preguntar es invadir o dudar de la “hombría” de alguien. Tonterías que demuestran una gran ignorancia, nada más.

O sea que no tenemos con quién hablar de estas cuestiones antes, mucho antes de que la próstata nos empuje al urólogo. Ni siquiera puede contarse, entre los médicos, con una buena formación en estos temas. Y no solo porque no hay el equivalente a ginecólogo o ginecóloga, sino porque en la medicina actual super-especializada, no hay lugar para consultas que tengan que ver con el conocimiento de las etapas de la vida y sus características orgánicas y funcionales. Un médico común no sabría que decirte acerca de todo esto, ni tendría a quien derivarte para que te asesore.

Es obvio que los urólogos no deberían ocuparse de estos asuntos, que se transforman en problemas cuando algo no anda bien. Lo hacen por descarte. Un señor los consulta por problemas con el aparato urinario (que pueden empezar a los 40, 50 o 60 años) y de allí saltamos rápidamente a los problemas de erección, que muchas veces son paralelos a los urinarios. Claro, ahora existen los sexólogos, dirán. Es verdad, y está muy bien consultarlos, pero no hay que reducir el campo del problema a la disfunción sexual. La cuestión es mucho más vasta, hace a todo el sistema vivo, a su funcionalidad, que se va deteriorando a medida que pasa el tiempo y que no hacemos nada por mejorar. No alcanza con decir “son los años” para explicar las diferencias entre “antes y ahora”. Es importante saber que el proceso general de envejecimiento está íntimamente ligado a la aparición de problemas en la vida sexual. No van por carriles separados, es un único y general proceso que modifica, simultáneamente, a variados aspectos de nuestra condición física y emocional. Podríamos decir, para empezar con buen pie, que el envejecimiento es un proceso que incluye al declinar sexual.  Y que, muchas veces, éste es protagónico.

Por todo esto, es sumamente importante enterarse en qué consiste este proceso antes de entregarse mansamente al urólogo, que puede ayudar en algunos problemas…urinarios, pero no en todo el proceso, que es más vasto y lo excede en cuanto a conocimiento y formación.

Pero ¿qué pasa con nosotros los varones, a “esa edad”? ¿No sucede nada o, simplemente, se ignoran los cambios, se los oculta? Un poco de cada cosa, tanto por roles estereotipados como por ignorancia, incluida la de la medicina, que poco hace para poner las cosas en su justo lugar. O sea: la cuestión merece preocupación, pero nos hacemos los distraídos.

Sí, sí: abruma la tendencia a ignorar los cambios y hacerse el distraído aunque uno sepa perfectamente que está pasando algo importante y que hay que prestarle atención. Pero entonces aparece una importante dificultad: ¿con quién consultar, adónde ir? Si ya existe alguna dificultad urinaria, seguro que se conversará con el urólogo. Pero entonces uno tomará conciencia de los límites de esa especialidad. En parte es un problema de todos los médicos, que antes tenían una formación cultural más vasta y más profunda que los médicos de hoy, instruidos exclusivamente como técnicos, lejos de la buena combinación de ciencia y arte que caracterizaba a la medicina.

Un poco de etimología siempre ayuda

El término climaterio se aplica, en ambos sexos, vinculado a la etapa de cambios hormonales: tanto la menopausia como la andropausia encuadran en él. Es muy interesante el origen y significado de esta palabra:

“En griego klimaktḗr κλιμακτήρ significa ‘barrote de una escalera de mano’ porque está formado por klîmax κλῖμαξ ‘escalera de mano’ + -tēr‘instrumento’, aquí en el sentido de 'elemento instrumental', 'componente'. Como se ve estamos todavía muy lejos del valor actual. Para llegar a él tenemos que cambiar de registro y hablar de astrología. Como es bien sabido en ese contexto, el número siete es muy significativo. Imaginemos ahora que la vida es una escala de mano que uno va subiendo y que cada escalón son siete años. El resultado es que los años múltiplos de siete tienen un significado especial. Sobre todo los que se corresponden con la madurez, es decir cuando uno cumple 35, 42, 49, 56, 63 años. Son años “climactéricos” en terminología astrológica griega, son años críticos de la existencia.” (http://dicciomed.eusal.es/palabra/climaterio)

Y andropausia no es un término que se acepte con facilidad, porque su significado es equívoco al trasladárselo sin matices de un género al otro:

“El término, no totalmente aceptado, de "Andropausia", tiene su origen en las etimologías griegas Andros-Andrei = Varón y Pausis Pausei = Suspender o detener; literalmente significa "cuando la masculinidad se detiene o suspende". Este vocablo, que fue acuñado en 1944 por los doctores Heller y Myer, puede compararse con el término menopausia, el cual también combina dos raíces griegas: Menses = periodo y Pausis = suspender o detener, el cual alude a la cesación de los periodos menstruales en la mujer. En el caso de los varones, la mayoría de los médicos no tienen definido el complejo sindromático equivalente al que ya se ha establecido para la menopausia en la mujer.” La falta de acuerdo sobre la andropausia ha dado lugar a controversias, aunque existen manifestaciones clínicas que por diversas razones se observan en personas del sexo masculino después de la quinta década de vida, las cuales hemos dividido, en concordancia con los objetivos de este artículo, en cinco áreas: a) psicológica, b) física, c) sexual, d) factores externos (entorno) y e) hormonal.

http://www.imbiomed.com.mx/1/1/articulos.php?method=showDetail&id_articulo=22805&id_seccion=1494&id_ejemplar=2353&id_revista=104

Hay que reconocer que el término mismo de Andropausia es una equivocación. Desarrollado a partir del modelo de menopausia, se trata de una creación un tanto desafortunada: mientras que en las mujeres cesa la menstruación (exactamente eso significa “Menopausia”) en los hombres no desaparecen los caracteres masculinos. No es la única equivocación o inexactitud: apenas una más. Pero aceptémosla para seguir adelante.

Características de la andropausia

Más allá de las diferencias de género, es obvio que, con el correr del tiempo, aparecen algunas alteraciones funcionales en cualquier humano, por sano que sea. Son cambios, claro, pero implican que algunas características de la madurez tienden a decaer, a disminuir su eficiencia. Y ocurre, simultáneamente, en variados órganos y sistemas funcionales. Verán que la lista correspondiente a la andropausia es bastante generosa:

*      Ausencia de erecciones espontáneas.

*      Aumento de la grasa corporal.

*      Ansiedad.

*      Cansancio.

*      Disminución de la masa muscular.

*      Disminución de los vellos del cuerpo.

*      Disminución del deseo sexual.

*      Dificultad de concentración. 

*      Falta de apetito.

*      Depresión.

*      Irritabilidad.

*      Sudores.

*      Palpitaciones.

*      También, existen estudios que demuestran que la andropausia puede acarrear otros problemas de salud, como: enfermedades cardiacas y osteoporosis.

 Tanto a nivel femenino como masculino esta etapa se caracteriza por una caída en los niveles de determinadas hormonas. En las mujeres son los estrógenos los que descienden de forma progresiva, mientras que en los hombres ocurre lo mismo con la testosterona,  que disminuye progresivamente. Paradoja lingüística: estrógenos es LOS, testosterona es LA.

Habitualmente en el hombre esta caída hormonal se realiza de una forma muy gradual, lentamente, y este fenómeno puede prolongarse durante varios años, incluso durante varias décadas. Podemos ver los cambios que se producen con un poco más de detalle.

Modificaciones físicas y psicológicas en el hombre

*         Diferencias en la actitud y el comportamiento.

*      Estado de ánimo fragilizado, labilidad emocional y cambios de humor frecuentes, irritabilidad.

*      Fatiga, debilidad.

*      Pérdida de energía, tendencia a la depresión.

*      Insomnio.

*      Disminución del impulso y el deseo sexual.

*      Pérdida de la agilidad física.

*      Problemas de concentración.

*      Disminución del apetito.    

 Modificaciones en la sexualidad

*         Dificultades para lograr una erección.

*      Necesidad de una estimulación más directa para lograrla.

*      Disminución del tamaño testicular.

*      Los espermatozoides disminuyen su movilidad entre los 50 y los 80 años.

*      Las erecciones son menos firmes.

*      Menor necesidad de eyacular.

*      La elevación testicular es únicamente parcial y se realiza con mayor lentitud que en los varones jóvenes.

*      Se reduce la cantidad de  esperma.

*      El período refractario es más largo por lo que el hombre tarda más en lograr una nueva erección.

*      Se pierde el rubor sexual de la piel y se reduce la tensión muscular durante la excitación.

 

Es cuando ya no se funciona “tan bien como antes” en variados aspectos: el sexual, el físico general, el mental. ¿Cuándo empieza este proceso? Pasados los treinta y cinco años. ¿Es normal? Sí, el envejecimiento (que de eso se trata) es normal. Pero puede coexistir con variedad de cuadros patológicos, e intrincarse con ellos. Y transformarse en problema importante cuando adquiere la modalidad precoz (aparece antes) o acelerada (se desarrolla rápido), que no son lo mismo.

Si no existen otros problemas de salud, especialmente problemas cardiovasculares, tumorales o enfermedades degenerativas y auto-inmunes, la andropausia entra fácil dentro del envejecimiento normal. Un proceso que, en las últimas décadas, tiende a alargarse en el tiempo, a estirarse. De manera que es cada vez más frecuente encontrar personas de 60, 70 u 80 años que siguen con un alto nivel de vitalidad. O, al menos, sin mostrar el paso del tiempo con tanta crudeza como hasta hace pocas décadas. Pero esto no ocurre en la mayoría de los casos. Los achaques diversos, las enfermedades y las disfunciones varias pueden transformar la vejez en una condena.

De manera que estamos hablando de algo realmente importante: la CALIDAD DE VIDA de quienes ingresan en edades antes consideradas muy avanzadas. Es eso lo que está en juego: una cosa es durar y otra VIVIR. Cuando uno observa la infinita torpeza de muchos viejos no se congratula acerca de sus condiciones de vida. Tampoco si no pueden casi caminar,  ver o escuchar. Es cierto que hay ayudas, pero nada reemplaza la capacidad de valerse por sí mismo, ese es el tema profundo de la andropausia. Y por eso vale la pena diseñar una estrategia para combatir sus efectos más penosos.

Es importante saber que hay un compromiso general del sistema neuroendocrino en la andropausia. No solo disminuye apreciablemente la testosterona: también lo hacen la hormona del crecimiento, la melatonina y la dhea (dehidroepiandrosterona), una pre-hormona de la corteza adrenal que deviene en estrógenos en la mujer y en testosterona en los hombres.

Hay lugares específicos del sistema nervioso central que coordinan la síntesis y liberación de las distintas hormonas en las diversas glándulas endocrinas. El lugar clave es el Hipotálamo, una serie de núcleos cerebrales decisivos en el funcionamiento de todas las glándulas y que puede verse en la siguiente ilustración y destacado en rojo. Como se verá, la ubicación es muy central, al igual que sus funciones.

 

Como su nombre lo indica, el hipotálamo es un área del cerebro que se encuentra ubicada inmediatamente debajo de otro importante núcleo cerebral, el tálamo, y que forma parte del diencéfalo.  A través de la liberación de hormonas, el hipotálamo se encarga de regular los estados de ánimo, el sueño, la libido, el hambre, la sed y la temperatura corporal. Conecta directamente con la Hipófisis, una glándula clave que segrega hormonas indispensables relacionadas con todas las funciones regulatorias que acaban de citarse para el hipotálamo.

Funciones del hipotálamo

*          Control de la sed y el equilibrio hídrico

*       Control del apetito y el peso corporal

*       Regulación de la temperatura

*       Control del Sistema Endocrino

*       Control de la Reproducción y la conducta sexual

*       Participa en los mecanismos del parto y la lactancia

*       Control de la conducta emocional

*       Control del sueño y la vigilia

*       Mecanismos del aprendizaje y la memoria

*       Control de las reacciones somáticas (estrés, reflejos)

*       Control de los ritmos biológicos

¿Qué está pasando?

A la mayoría le parecerá más claro lo que ya no pasa o no pasa “tanto”. En algún momento comienza la percepción de que “las cosas no son como antes”. Es muy común advertirlo en la vida sexual, con diferencias en la firmeza de la erección, menguas en la eyaculación y retrasos en el tiempo necesario para lograr otra erección. También puede aparecer una disminución del deseo. Otra fuente de novedad, sumamente frecuente, son los cambios en la conducta urinaria: frecuentes levantadas nocturnas, disminución de la fuerza del chorro o idas frecuentes y apresuradas al baño para orinar: la urgente y molesta “micción imperiosa”. Es cuando la próstata se pone demasiado elocuente y la palabra “urólogo” empieza a escucharse por primera vez, que no será la última.

De la misma manera pueden advertirse pequeños cambios en la movilidad muscular y en la agilidad de los movimientos. Comienza a desarrollarse, incipientemente, esa característica torpeza de la vejez, que tanto mortifica. O modificaciones en la estructura de algunas articulaciones. No le van en zaga pequeños olvidos, lagunas o titubeos a la hora de hablar y actuar. Ni hablar de las canas, el persistente despoblamiento capilar y los cambios en los párpados, algo hinchados y con vocación de embolsar lo que venga.

Todo esto es cierto, ocurre. Y se va profundizando con el tiempo si uno se resigna y no hace nada. O se preocupa y consulta por los síntomas particulares, nada más. O por alguna enfermedad claramente diagnosticada, como es el caso de las cardiovasculares. O procesos tumorales y degenerativos, cada vez más frecuentes.

En el barrio son lapidarios y no quieren a nadie, sádicamente dicen: “te llegó el viejazo”. Así de simple, así de concluyente, así de lapidario. Y chao, no hay nada que hacer. Dedícate a tus nietos, si los tenés, y a mirar fotos de pasada grandeza. Si podés viaja y despedite del mundo y sus alrededores. Proceso inapelable y limitante el de la vejez, además de inevitable.

Hay varios problemas con la atención médica durante este período. Uno de ellos es que los distintos especialistas no advierten que se trata de un proceso único y que afecta a todo el sistema, desparramando síntomas pero conservando su propia centralidad. Quienes reciben a los hombres que entran en este período de la vida suelen ser los urólogos, porque es difícil zafar de los síntomas urinarios que va produciendo la andropausia a lo largo del tiempo. Así como, también, es casi imposible evitar la disminución en la potencia sexual.

Pero en este punto existe mucha resistencia para consultar, y desde que existe el Viagra, la mayoría se olvida del problema por un tiempo, aunque después recrudecerá. Lo curioso es que los urólogos también atienden los disturbios de la genitalidad sexual, pero la inmensa mayoría se abstiene de consultarlos por ese tema, y prefiere mejorar la conducta urinaria y alejar el fantasma del cáncer de próstata.

A pesar de los evidentes avances que la urología ha desarrollado en las últimas dos o tres décadas para combatir la disfunción eréctil (que de eso se trata) no existe un abordaje general de la cuestión andropáusica y sus múltiples manifestaciones, según hemos visto.

No existe la suficiente conciencia a nivel médico de estudiar el bajo nivel de testosterona en el varón y menos aún en el envejecido. Al mismo tiempo que existe un gran desconocimiento en la sociedad acerca de este problema, sus síntomas y las posibilidades de tratamiento.

En gran parte es una suma de problemas en los que participa la tradicional negación masculina del problema más el silencio de quienes podrían ayudar, especialmente su pareja. Pero también la mencionada dificultad para encontrar personas con capacidad para enfrentar el problema e intentar una solución.

Es sumamente importante entender en qué consiste la cuestión central sin disfrazarla de folklore barato, que resulta totalmente inútil y hasta contraproducente. Hay que explicar en qué consiste el proceso de envejecimiento, qué funciones probablemente sufrirán más alteraciones. Y si es un médico clínico el consultado, debería pedir algunos estudios generales, pero especialmente los valores de testosterona total.

Y en función de los resultados, aconsejar y recetar. Pero no antes, porque todas las situaciones no son iguales y no requieren la misma estrategia. Es particularmente importante ayudar a comprender que se trata de un proceso general, y que no todo consiste en la dificultad sexual o urinaria.

Está claro que el Hipotálamo es decisivo (o sea: el cerebro), de manera que nos ayudará mucho conocer la variación de las hormonas más afectadas a lo largo de la vida y cuáles son las funciones básicas de la testosterona, para entender en profundidad el devenir de este proceso.

 

Niveles de la testosterona y otras hormonas

 El nivel de la hormona a lo largo de la vida:

 

En la ordenada: cantidad de Testosterona en ng/dl. En abscisa: décadas de la vida

Puede verse, claramente, el importante descenso en los niveles promedio de testosterona desde los 40 años en adelante.

 El nivel de la hormona a lo largo del día:

Los niveles de testosterona son más altos en las primeras horas de la mañana y al mediodía. La tendencia a la vida sexual nocturna no es lo mejor, entonces. Además está el cansancio normal de un día activo.

Aquí se nota la declinación de la Hormona del Crecimiento (HGH) según la edad: ¡se cae en picada!

Y es sumamente importante, especialmente a nivel metabólico y muscular. Su disminución está asociada a la adiposis abdominal. Y ésta al aumento de estrógenos y disminución de testosterona.

Y aquí lo que ocurre con la testosterona según va pasando el tiempo (y uno junto con el). Los datos de este gráfico ajustan un poco más lo qué ocurre con la edad en la que empieza el declive: está más cerca de los 35 años.

 

DHEA por edad, sin comentario. La DHEA es el chasis básico de todas las hormonas sexuales, tanto masculinas como femeninas. Si baja mucho su producción, habrá una disminución equivalente de estrógenos y testosterona.

 

¿Qué función cumple la testosterona?

 La testosterona tiene diferentes funciones a lo largo de la vida:

- Para el feto (antes del nacimiento): es responsable del desarrollo de las glándulas sexuales masculinas (los testículos) y los genitales externos masculinos.
- Durante la pubertad: es la hormona responsable de los caracteres sexuales secundarios masculinos como: el tono de la voz, el crecimiento de la barba, desarrollo del vello corporal y púbico y la producción y maduración de espermatozoides.
- En el hombre adulto: la testosterona controla todas las funciones sexuales como la libido, la potencia y la fertilidad y conserva la apariencia típica masculina que se desarrolla en la pubertad. La salud masculina general y el desempeño sexual se mantienen con niveles óptimos de testosterona.

La poca testosterona que circula libre en el organismo y es biológicamente la más activa, se conoce como testosterona libre o biodisponible. Pero con el tiempo en todos los hombres, en unos más que en otros, se produce una disminución en los niveles de testosterona biodisponible. Esta disminución impacta en la calidad de vida y puede ser un factor de riesgo a largo plazo, vinculado con distintos problemas de salud y la sexualidad.

La testosterona es importante porque:
- Es una hormona que tiene un efecto único en el cuerpo masculino.
- Es producida en los testículos y las glándulas adrenales.
- Es para los hombres lo que el estrógeno es para las mujeres.
- Es esencial para el comportamiento sexual normal y para la producción de erecciones.
- Interviene en muchas funciones metabólicas como la producción de células sanguíneas en la médula ósea, la formación de huesos, el metabolismo de los lípidos y carbohidratos, la función del hígado y el crecimiento de la glándula prostática.

Las mujeres producen una cantidad mucho menor, pero que cumple importantes funciones en la regulación de aspectos como su humor, apetito sexual y sensación de bienestar.

Acciones sexuales

*           Promueve el crecimiento del escroto, pene y glándulas secretorias sexuales.

*       Aumenta el peso y crecimiento testicular.

*       Estimula la espermatogénesis en los túbulos seminíferos.

*       Estimula la maduración de los espermatozoides.

*       Completa las características del semen y estimula la constitución definitiva en su paso por el epidídimo y los conductos deferentes.

*       Aumenta la libido o deseo sexual.

Además la testosterona produce los siguientes efectos sobre las características sexuales secundarias:

*              Incremento de la masa muscular (acción anabólica).

*       Proliferación de las glándulas sebáceas. La aparición de acné puede relacionarse con este efecto.

*       Engrosamiento de la piel.

*       Hipertrofia de la laringe y producción de una voz grave permanente.

*       Distribución del vello masculino en: pubis, tronco, extremidades y barba.

En el hombre, la testosterona tiene una relación determinada genéticamente con la aparición de calvicie, aceleración del ritmo de crecimiento de los huesos largos en la pubertad y aumento de estatura. El envejecimiento se asocia con una disminución de la función testicular, con una bajada de la concentración de testosterona plasmática y un descenso del número de células de Leydig intersticiales después de los 60 años: éstas son las células encargadas de sintetizar testosterona.

Acciones metabólicas

La testosterona produce en general efectos anabólicos y de tipo mineral-corticoide:

*           Aumento de la síntesis de proteínas.

*       Incremento de la retención y balance de nitrógeno, que es positivo.

*       Acción miotrófica: aumento de la masa muscular.

*       Aumento de la estatura corporal: efecto sobre huesos largos.

*       Aumento del peso corporal.

*       Retención de sodio, cloro y agua: acción mineral-corticoide.

*       Retención de fósforo y potasio.

La terapia para restituir la testosterona puede estimular el interés sexual, la función eréctil y el nivel de energía. Puede mejorar el carácter, estimular el crecimiento del vello corporal, y aumentar la densidad de los huesos y masa muscular. Hay diversos métodos para restituir la testosterona: inyecciones, parches, gelatinas y una tableta que se adhiere a la encía.

Signos y síntomas de la testosterona baja:

*         Disfunción eréctil/ impotencia

*      Reducción del  deseo sexual / libido

*      Disminución de los niveles de energía

*      Pérdida del vello de la cara y  del cuerpo

*      Depresión y tristeza

*      Rápida ganancia de grasa / Reducida masa muscular

*      Disminución de la resistencia ósea

 

Declinación de la función testicular y envejecimiento

 Desde antiguo se asoció envejecimiento y declinación de la función testicular (hipogonadismo), homologándose a lo que ocurre en el sexo femenino con la función ovárica, aunque se reconoce históricamente que hombres de avanzada edad mantenían su vida sexual y capacidad reproductiva.

En hombres envejecidos sanos puede aparecer un hipogonadismo de inicio tardío que se ha asociado al envejecimiento; Werner en 1939 lo denominó climaterio masculino. Este cuadro comprende los síntomas y signos de lo que hoy llamamos andropausia o ADAM (Androgen Decline Aging Male) descritos en la siguiente tabla:

SÍNTOMAS Y SIGNOS DE HIPOGONADISMO MASCULINO ASOCIADO AL ENVEJECIMIENTO

 Síntomas neurológicos y vasomotores:

  •  Bochornos similares a aquellos del climaterio femenino

  • – Episodios de sudoración

  • – Insomnio

  • – Nerviosismo

 Funciones cognitivas y alteraciones del humor:

  •   Irritabilidad y letargo

  • – Disminución de la sensación de bienestar

  • – Pérdida de motivación

  • – Dificultades con la memoria reciente

  • – Síntomas depresivos

  • – Baja autoestima

 Masculinidad / Virilidad:

  •  Disminución de energía física

  • – Disminución de fuerza y masa muscular

  • – Pérdida de vello corporal sexual

  • – Obesidad abdominal

 Sexualidad:

  • Disminución del interés o deseo sexual

  • – Reducción de la actividad sexual

  • – Pobre función eréctil

  • – Baja calidad del orgasmo

  • – Menor volumen del eyaculado

 

Desde 1990 hay consenso en que la disminución paulatina, aunque no universal, de la testosterona en hombres sanos estaba asociada al envejecimiento como había anticipado Vermeulen en 1971, destacándose el mayor descenso de la testosterona libre que la total.

Existen varones que mantienen un rango normal hasta avanzada edad, y otro grupo queda bajo el nivel mínimo de testosterona del hombre joven siendo clasificado como hipogonádico. Estudios en varones de 50 a 80 años encuentran cifras variables de hipogonadismo.

FACTORES TESTICULARES E HIPOTALÁMICO-HIPOFISIARIOS INVOLUCRADOS EN HIPOGONADISMO MASCULINO ASOCIADO AL ENVEJECIMIENTO

 1.- Factor testicular:

  • *           Disminución de la cantidad de células de Leydig

  • *       Disminución de la respuesta de las células de Leydig a la gonadotrofina coriónica

  • *       Alteraciones de enzimas de la esteroidogénesis

  • *       Alteraciones de la circulación arterial del testículo

 2.- Factor hipotálamo-hipofisiario:

  • *              Pérdida del ritmo circadiano de testosterona (oscilaciones de la hormona en un día)

  • *       Disminución de frecuencia y amplitud de pulsos de LH (hormona hipofisaria liberadora de testosterona)

  • *       Disminución de la bioactividad de LH

  • *       Disminución del umbral hipotálamo hipofisario a la acción frenadora de los andrógenos

  

CAMBIOS DE LOS ESTEROIDES SEXUALES ASOCIADOS AL ENVEJECIMIENTO MASCULINO 

  • *           Descenso de la testosterona total de 0,4% al año.

  • *       Disminución de la testosterona libre de 1,2% anual.

  • *       A los 60 años existe un 40% del nivel observado a los 25.

  • *       1% de descenso anual de la testosterona ligada a albúmina.

  • *       Aumento de 1,2% de SHBG por año (Testosterona inactiva acoplada a albuminas circulantes en el plasma)

  • *       Disminución DHEA-S de 2 % por año.

  • *       Posible disminución de la dihidrotestosterona y sus metabolitos.

  • *       Posible disminución del receptor de andrógenos o su afinidad.

 

La andropausia comienza alrededor de los 35 a 40 años de edad, y los síntomas y signos clínicos no son tan evidentes. Unido a la declinación de los niveles de Testosterona, aumentan los de globulinas transportadoras de andrógenos (SHBG), las que se unen a la Testosterona y limitan su cantidad y eficiencia a medida que el hombre envejece. A lo anterior se une el descenso de los niveles de hormona del crecimiento (HGH), entre otras relacionadas con la edad, lo que contribuye al aumento de la grasa abdominal y a la reducción del tono muscular a partir de la mediana edad.

Desde el punto de vista clínico se puede comprobar la pérdida de la energía y de la motivación, con disminución concomitante de la actividad intelectual, de la memoria y de la orientación espacial. Es común la presencia de fatiga, depresión, cambios emocionales, irritabilidad y debilidad muscular. Se observa también disminución del deseo sexual y dificultad en lograr y mantener una erección eficiente, reducción de las erecciones nocturnas, disminución de la satisfacción sexual, reducción del volumen y fuerza del eyaculado, así como disminución del vello corporal y alteraciones en la piel.

Se describe reducción de la masa muscular corporal, de la fortaleza, del vigor físico, de la densidad ósea, osteoporosis, dolores óseo-articulares y disminución de la estatura. El aumento de la grasa abdominal se asocia a la reducción de la masa muscular y a un desbalance hormonal. Este último es responsable de la disminución de la sensación de bienestar, la que se expresa en ocasiones como depresión. El cáncer de próstata, así como la enfermedad cardíaca, se relacionan directamente con este desbalance hormonal. La terapia de reemplazo hormonal con Testosterona y los cambios del estilo de vida en relación con la dieta y la actividad física podrían corregirlo.

El declinar sexual, ¿es un proceso general  o especial?

Creo que ya nos dimos cuenta de que el declinar sexual es parte de un proceso general, es parte del envejecimiento. Esto en la mayoría de los casos y en etapas normales de la historia humana, que vaya a saber si alguna vez fue “normal”. Esta que nos toca, seguro que no. Pero en promedio y a lo largo del tiempo, es difícil o imposible separar el declinar sexual del envejecimiento. Están intrincados y sumamente relacionados, tanto que hasta podría decirse que el envejecimiento es un proceso de declinar sexual.

Si bien ya fue mencionado, vale la pena repetirlo para tenerlo claro: hay un aspecto fundamental, básico, que implica la disminución de hormonas claves ligadas a los aspectos esenciales del funcionamiento general y no solo sexual. Y esas hormonas son las que empiezan a decaer con mucha claridad cerca de los 30, 35 o 40 años, según diferencias individuales ligadas a historia y estado general. Básicamente son cuatro hormonas: Testosterona, Hormona del crecimiento, DHEA (dehidroepiandrosterona) y Melatonina. Incluso pueden verse caídas abruptas de estas hormonas, como consta en los gráficos de este trabajo. Obviamente producen marcadas alteraciones del funcionamiento normal, tanto general  como sexual. Estas variaciones se dan dentro de la esfera neuro-endocrina, ya que existe una cadena hormonal que comienza en el hipotálamo y luego se traslada a las otras glándulas. Primero a la hipófisis. Y luego a la tiroides, paratiroides, suprarrenal y testículo. El efecto detallado de las hormonas es suficientemente explícito, especialmente en el caso de la testosterona.

Pero hay otro continente entero, medio infinito por sus alcances, y que juega un rol también decisivo en la articulación de las funciones generales y sexuales: el aparato circulatorio.  

Creo que ya nos dimos cuenta de que el declinar sexual es parte de un proceso general, es parte del envejecimiento. Esto en la mayoría de los casos y en etapas normales de la historia humana, que vaya a saber si alguna vez fue “normal”. Esta que nos toca, seguro que no. Pero en promedio y a lo largo del tiempo, es difícil o imposible separar el declinar sexual del envejecimiento. Están intrincados y sumamente relacionados, tanto que hasta podría decirse que el envejecimiento es un proceso de declinar sexual.

Si bien ya fue mencionado, vale la pena repetirlo para tenerlo claro: hay un aspecto fundamental, básico, que implica la disminución de hormonas claves ligadas a los aspectos esenciales del funcionamiento general y no solo sexual. Y esas hormonas son las que empiezan a decaer con mucha claridad cerca de los 30, 35 o 40 años, según diferencias individuales ligadas a historia y estado general. Básicamente son cuatro hormonas: Testosterona, Hormona del crecimiento, DHEA (dehidroepiandrosterona) y Melatonina. Incluso pueden verse caídas abruptas de estas hormonas, como consta en los gráficos de este trabajo. Obviamente producen marcadas alteraciones del funcionamiento normal, tanto general  como sexual. Estas variaciones se dan dentro de la esfera neuro-endocrina, ya que existe una cadena hormonal que comienza en el hipotálamo y luego se traslada a las otras glándulas. Primero a la hipófisis. Y luego a la tiroides, paratiroides, suprarrenal y testículo. El efecto detallado de las hormonas es suficientemente explícito, especialmente en el caso de la testosterona.

Pero hay otro continente entero, medio infinito por sus alcances, y que juega un rol también decisivo en la articulación de las funciones generales y sexuales: el aparato circulatorio.  

Circulación, irrigación, problemas de corazón y disfunción endotelial

Tenemos que aceptar que la circulación arterial, venosa y linfática es la gran mediadora y transmisora de todas las actividades orgánicas y funcionales. Y a veces, como en el caso de la sexualidad masculina, adquiere un rol protagónico. Porque la erección del pene es, básicamente, un proceso ligado a la circulación con algunos componentes neuro-endocrinos al comienzo del proceso: el deseo, que libera hormonas hipotalámicas y activa al sistema nervioso neurovegetativo, especialmente en su sección parasimpática. Pero a partir de allí, la línea de comando pasa por el aparato circulatorio, que deberá llenar de sangre las cavidades peneanas (senos cavernosos y el seno esponjoso) para lograr su agrandamiento, dureza, turgencia y una adecuada duración del proceso.

Debemos considerar, también, los límites, las dificultades. Y una bastante notoria, es que la naturaleza no fue demasiado pródiga a la hora de disponer una buena red arterial de suministro de sangre al pene. Este órgano, a diferencia de otros, no dispone de redes alternativas de irrigación. De manera que si fallan las oficialmente provistas…estaremos en problemas. Y es fácil que fallen, porque no son muchas, su calibre es bastante reducido y cuando empieza a ponerse conflictiva la circulación coronaria del corazón, una de las primeras señales es la disminución del flujo arterial en el área genital. El sistema ahorra sangre escatimándolas desde áreas que no considera esenciales para la supervivencia.

Una de las consecuencias concretas de los difundidísimos problemas cardíacos, es que disminuye la irrigación del área genital. Y se comprenderá que esto trae inevitables consecuencias en la erección, que comienza a ser menos eficiente o a durar menos por un doble mecanismo: llega menos sangre al pene para llenar sus cavidades y se produce la llamada fuga venosa: la salida más rápida de sangre del pene erecto, que se traduce por una disminución del tiempo de la erección. Habitualmente ocurren ambas cosas, para torturar eficientemente al afectado: erección más débil y más corta en su duración.

En los últimos años se ha profundizado mucho en el conocimiento de la fisiología del aparato circulatorio, especialmente en cuanto al conocimiento de la capa celular que recubre por dentro a todo el sistema: el endotelio. Es la capa arterial que está en contacto directo con la sangre y de la cual se creía que meramente cumplía funciones de revestimiento. Pues no: se comporta como una mega glándula que maneja el grado de apertura o disminución del calibre de todo el árbol circulatorio.

De su eficiencia o no depende el caudal sanguíneo de todo el aparato circulatorio. Y también que este sofisticado sistema de cañerías dinámicas se encuentre libre de obstrucciones. O sea: el endotelio ha pasado de actor de reparto a protagonista no bien se empezaron a conocer sus verdaderas funciones, que consisten en graduar el paso de sangre y permitir que otra estrella en ascenso, el óxido nítrico, pueda dilatar a su antojo los vasos sanguíneos para permitir su llenado y estimular las funciones de cualquier órgano necesitado de aumentar su nivel de actividad fisiológica.

El sildenafil o viagra, por ejemplo, funciona inhibiendo a la enzima que desactiva al óxido nítrico, permitiendo que su aumento en sangre se transforme en una buena aunque temporaria erección. Y de paso es una prueba de que el mecanismo de la erección es claramente vascular. Y que cuando falla, se transforma en un problema de ingeniería hidráulica.

El endotelio segrega sustancias capaces de abrir (dilatar) o cerrar (estrechar) a las arterias. De estas maneras  regula enteramente la cantidad de sangre que fluye por los vasos. Así es que cuando hay un predominio de las sustancias que tienden a cerrarlos, estamos en los prolegómenos de una enfermedad porque esta acción prolongada a lo largo del tiempo, endurece o esclerosa a las arterias. Que tendrá como protagonista preferencial al órgano más afectado, aunque este sistema funciona en todo el organismo. Es entonces que aparecen las disminuciones de calibre en los vasos y más tarde las obstrucciones y los infartos o los accidentes cerebro-vasculares.

Y cuando también afecta a la circulación genital, será responsable de la llamada Disfunción Eréctil. Que ahora, casi podríamos llamar Disfunción Endotelial.

Disfunción endotelial

El endotelio se puede definir como una monocapa que separa los otros tejidos arteriales de la sangre. Las células endoteliales tienen una multitud de funciones que son específicas a su localización. La principal función del endotelio es regular el flujo y la perfusión sistémicos a través de cambios en el diámetro y en el tono vascular. La disfunción endotelial (DE) comprende una pérdida del balance entre los factores vasodilatadores y vasoconstrictores derivados del endotelio, donde el estado vasoconstrictor llega a ser dominante, llevando a cambios patológicos progresivos. Colectivamente, estos cambios endoteliales exhiben características pro-inflamatorias, pro-oxidantes, proliferativas, pro-coagulantes y de adhesión vascular. El proceso de aterosclerosis comienza temprano en la vida y la DE contribuye a la aterogénesis en cada fase de la aterosclerosis. La disfunción endotelial es un marcador de la aterosclerosis y es su precursor más claramente definido.

La principal función del endotelio es la regulación del flujo sanguíneo sistémico y la perfusión tisular por medio de cambios en el diámetro de los vasos y en el tono vascular, ejecutado en conjunto con las células musculares adyacentes.

El endotelio controla el tono vascular mediante la producción de Óxido Nítrico, prostaciclina y factor hiperpolarizante derivado del endotelio, todo ellos factores vasodilatadores.

En la disfunción endotelial se rompe este delicado balance y prevalece un estado vasoconstrictor, pro-inflamatorio, pro-oxidante pro-trombótico o pro-coagulante y con características de adhesión pro-vascular.

La Disfunción Endotelial puede ser vista como una condición sistémica, a la cual se asocian  la mayoría de los factores de riesgo cardiovascular.

Entre los factores asociados a la Disfunción Endotelial pueden contarse el riesgo cardiovascular incluyendo el tabaquismo, la edad, el aumento de las grasas en sangre, la hipertensión, la hiperglucemia y una historia familiar de aterosclerosis.


Condiciones asociadas a disfunción endotelial

Intervenciones que mejoran la función endotelial


Edad avanzada

Antioxidantes

Historia familiar de enfermedad cardiovascular

Antagonistas del calcio

Sexo masculino

Disminución del colesterol

Alimentación de alto contenido graso

Disminución de la homocisteína

Colesterol elevado

Embarazo fisiológico

Diabetes mellitus

Ejercicio físico

Hipertensión arterial

Estrógenos

Homocisteína elevada

Inhibidores de enzima convertidora de angiotensina (hipotensores)

Obesidad

L-arginina (un aminoácido)

Tabaquismo

Suspensión del hábito de fumar

Deficiencia de estrógenos.

 


La homocisteína  es una sustancia que puede dosarse en sangre. Si sus niveles son altos podría indicar que no hay suficiente vitamina B12, B6 o ácido fólico en la dieta. Lo cual aumenta el riesgo de tener alguna enfermedad del corazón.

 

                 Irrigación arterial del aparato genital

 

 

Erecciones y algo más, la naturaleza mete la cuchara

Hay que ver ciertas características de la sucesión biológica que produce la erección. En biología se establece con facilidad la línea de sucesos necesarios, pero no se remarca el mérito de una buena erección, como si fuera tan fácil y no se tratara de lo que es: una verdadera proeza anti-gravitatoria.

Es un sistema complejo, regulado en estilo neuroendocrino y con efectores vasculares que diseñan una trama hidráulica altamente sofisticada. Es necesario que el sistema entero funcione casi a la perfección para lograr un buen rendimiento. O sea: una erección suficientemente rígida y prolongada. Además, es importante que la alimentación sea lo más sana posible, que el estrés sea mínimo y que el medio ambiente no este demasiado contaminado. Y también que no haya toxinas dando vueltas en estilo crónico como es el caso del tabaquismo, porque entonces las posibilidades de funcionar bien se angostan notablemente. Ustedes dirán que, entonces, es sumamente difícil funcionar aceptablemente bien. Y es verdad. Por eso existe tanta tradición en las distintas culturas humanas en cuanto al uso de hierbas y otras medidas para mejorar la potencia sexual masculina.

Es más: podría arriesgarse que hay un problema de diseño en todo este asunto. Que la naturaleza no encontró una buena solución para el caso de los hombres. La hipótesis se hace más consistente si uno se entera que existen  numerosas especies en las que ha sido más pródiga y benévola con los machos. Es que, en esos casos que no son pocos, los machos vienen con un hueso incluido en el pene, lo cual facilita enormemente la penetración. Parece ser que tal hueso pudo haber existido en el humano, pero la información “se perdió” al mismo tiempo que se incorporaron ciertas peculiaridades cerebrales. Está claro que no tenemos caso como especie: mucho cerebro a cambio de placer dificultado. No se ve en qué consiste la ventaja, ciertamente.

La erección del pene no es otra cosa que la plétora sanguínea de los Cuerpos Cavernosos y el Cuerpo Esponjoso, que alcanzan una presión similar a la presión arterial sistólica, originada por un balance positivo entre el ingreso de sangre arterial y la restricción del flujo de drenaje venoso.

Para lograr la eficacia necesaria todo debe funcionar perfectamente, especialmente el sistema nervioso periférico (simpático / parasimpático) y la irrigación vascular. Téngase en cuenta que las arterias cavernosas que deben llenar los cuerpos cavernosos tienen un diámetro normal en reposo de entre 0,2 a 1 milímetro. Y que son ramas de la arteria pudenda interna, que a la vez proviene de una división importante de la aorta: las arterias ilíacas comunes o, tradicionalmente, ilíacas primitivas, que​ son dos grandes arterias, de aproximadamente 4 cm de largo en los adultos y más de un centímetro de diámetro. Puede deducirse, entonces, que cualquier dificultad u obstrucción en las pequeñas arterias cavernosas dificultará notablemente la erección normal: ¡estamos pasando de una arteria de un centímetro de diámetro a otras dos de 0,2 a 1 milímetro de diámetro!

Ahora estamos en condiciones de entender un poco mejor cuánto puede influir la disfunción endotelial en la perturbación de la fisiología sexual normal. Un árbol arterial que pierde diámetro significativo en poco trayecto hasta su terminal angostada a la vez por endotelio disfuncional , conduce inevitablemente a la disfunción sexual.

La increíble existencia del hueso peneano

Esto sí que fue una verdadera sorpresa al investigar para encontrar buenos materiales que fueran soporte de valor para plantear este tema medio clandestino de la Andropausia.

La complejidad inherente al mecanismo de la erección hace que los problemas aparezcan en edades tempranas de la vida, tal cual puede verse en la actualidad. Y se agraven cuando no resulta fácil encontrar una solución eficiente. No es necesario disponer de una imaginación privilegiada para darse cuenta cuán importante es el tema para los varones del planeta, cuánto tiempo preocupa y lo que eso significa en términos de dificultar la espontaneidad y el disfrute. La naturaleza tuvo en cuenta ese problema dotando a los machos de algunas especies con una estructura ósea dentro del pene.

Báculo de mapache

El hueso en el pene, llamado baculum u “os penis”, es una característica que comparten muchos mamíferos. Es común y prominente en perros, morsas, mapaches y osos, por ejemplo pero de pequeño tamaño en felinos. En los simios del nuevo mundo hay algunos que tienen y otros que no, como los monos aulladores o los monos araña, sin embargo, todos los simios del viejo mundo tienen báculo de diferente tamaño dependiendo de la especie.

Entre los primates no humanos (chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes) todos ellos tienen báculo, aunque de pequeño tamaño. Esto hace pensar que los humanos simplemente hemos seguido un proceso de disminución del tamaño del báculo común al resto de primates aunque más acelerado y que ha terminado por desaparecer.

Otros han especulado que esta pérdida del báculo se debe a selección sexual  ya que al depender la erección únicamente de la presión sanguínea en el cuerpo cavernoso del pene, los individuos que no estuviesen en una forma física suficiente o estuviesen enfermos no podrían mantener la erección lo suficiente como para poder fecundar a las hembras. Sería el equivalente a la cola de pavo real en humanos: una característica costosa, difícil de suplantar y con un gran beneficio.

Otra teoría se basa en un cambio en los hábitos de apareamiento, ya que las especies con báculo mayor tienen cópulas más esporádicas y prolongadas. Sin embargo, en los primates este comportamiento habría evolucionado a grupos más estables, con cópulas más regulares y cortas.

Como se puede ver, la pérdida o inexistencia (no está claro) del hueso del pene en los humanos es un tema que da para mucho y cada uno tiene su teoría de por qué se perdió o directamente no se presentó. Es posible que no haya influido un sólo factor, sino que esa aceleración en el proceso de disminución del tamaño del báculo hasta su desaparición a diferencia del resto de primates haya tenido que ver desde la posición erguida, la composición de los grupos, la selección sexual… y quién sabe qué otros factores.

Si sobre el báculo se ha hablado poco, hay una característica del pene de los mamíferos y  en particular de los primates que en los humanos es especialmente impensable: las espinas. Sí, los chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes tienen espinas en el pene. Es cierto que en algunos de ellos son muy pequeñas, pero ahí están. Se cree que estimulan la facilidad para llegar al orgasmo y aceleran la eyaculación. De hecho, hay algunos pocos casos raros en humanos (ver imagen), que testimonian su pasaje por la filogenia durante su embriogénesis personal.

Vestigio de espinas

La próxima vez, la evolución tendría que ser más cuidadosa con el diseño. Por ejemplo: hacer lo que quiera con el cerebro (que es otro tema), pero dejar el bendito hueso. Como ocurre en perros, gatos, musarañas, osos y otros ejemplares que no necesitan ni Viagra ni buenos consejos.  Es llamativo el curso evolutivo del humano, que eliminó el hueso del pene para aumentar el volumen cerebral y producir una hecatombe en su maduración post-natal. Está claro que nacemos casi nueve meses antes de lo que deberíamos debido al tamaño del cerebro y, por lo tanto, de la cabeza. Para nacer con el mismo nivel de madurez de cualquier otro mamífero, esta ceremonia debería ocurrir cerca del año y medio de vida intrauterina: así podríamos gatear de entrada y buscar el alimento materno sin necesidad de que nos lleven y nos traigan. ¿Vieron ustedes cuán desvalidos somos en comparación con otras especies al momento de nacer y durante casi diez meses, hasta empezar a gatear?

Puede que la falta de “transcripción” de varias secuencias de  ADN sea responsable de ambos asuntos: demasiada cabeza y bastante dificultad para el placer. Y por supuesto que no es la única razón, porque todo sería mejor si hubiéramos podido diseñar una existencia más sana en sus aspectos físicos, biológicos, emocionales y sociales.

Es importante saber que las hormonas sexuales masculinas y femeninas tienen una distribución Yin / Yang en ambos sexos. O sea: las mujeres tienen una pequeña cantidad de testosterona, y los varones el equivalente de estrógenos. Ambos cumplen funciones indispensables y deben estar dentro del rango considerado normal. Es muy interesante y tiene evidentes connotaciones caracteriales: nadie es del todo mujer o varón: toda mujer tiene algo de varón y todo varón tiene algo de mujer.

Repasando un poco los requisitos de un buen funcionamiento sexual masculino, es como si todo estuviera programado para la eficiencia durante los períodos en los cuales es más probable fecundar a la pareja, ya sea habitual u ocasional. Sin embargo la sexualidad humana cubre otras necesidades que la pura procreación no contempla. Es estable y permanente en la vida a partir de la pubertad y constituye un aspecto fundamental e irremplazable de la dicha humana. Y solo disminuye apreciablemente cuando las hormonas sexuales disminuyen notoriamente y el hipotálamo “envejece”. Somos muy parecidos a los bonobos, en los cuales la sexualidad  frecuente es indispensable para la regulación equilibrada de la vida personal y social.

Un poco de cientificismo al mango: el que avisa no traiciona

 (Circuito hipotálamo – testicular y hormonas) 

La testosterona secretada por las células de Leydig testiculares durante la vida fetal determina la diferenciación y el desarrollo del aparato genital y organiza las estructuras neurológicas base del dimorfismo sexual cerebral.

Mantiene altos niveles hasta los primeros meses de recién nacido para disminuir posteriormente.

Aumenta al inicio de la pubertad, activando estructuras previamente organizadas, vinculadas a libido y erección a nivel hipotalámico y límbico; otros órganos blancos son piel, músculo, hígado, médula ósea, hueso y órganos genitales masculinos. Su acción se ejerce en el órgano blanco en interacción con otros factores, por ejemplo en las zonas cerebrales sensibles a testosterona con factores emocionales,   socioculturales etc., para determinar la conducta sexual; en el hueso y músculo con el eje hormona de crecimiento – IGF 1 (o factor de crecimiento insulínico tipo 1)

La secreción de testosterona resulta del funcionamiento del eje hipotálamo-hipófisis-testicular (HHT) constituido por neuronas productoras del factor liberador de gonadotrofinas (GNRH), gonadotropos hipofisarios productores de FSH (Hormona Folículo-estimulante y LH (Hormona Luteinizante), y por los compartimentos testiculares: tubular (espermatogénesis y células de Sértoli) e intersticial: células de Leydig (testosterona). El GNRH hipotalámico se libera en forma pulsátil, alcanzando un nivel (amplitud de pulso), que a intervalos de tiempo (frecuencia de pulso), es entregado a los capilares hipotalámicos punto de partida del sistema porta hipofisario. El GNRH está regulado por neurotransmisores, neuropéptidos y hormonas, unos estimulantes y otros inhibitorios. Los gonadotropos estimulados por GNRH son modulados por hormonas esteroides por ejemplo LH por testosterona y FSH por las no esteroides como la inhibina.

¿Falla en hipotálamo, córtex, hipófisis, testículo?

La alteración de la pulsación de LH (fundamental para liberar Testosterona a la sangre) podría deberse a una falla del generador de pulsos del GNRH hipotalámico o a una alteración hipofisaria.

El compromiso neuroendocrino hipotalámico responsable de esta alteración funcional, se debería a envejecimiento de las neuronas secretoras de GNRH o alteración de la regulación que ejercen neuropéptidos y neurotransmisores, materia abierta a la investigación. La prueba de estímulo hipotalámico con citrato de clomifeno, ha demostrado una menor respuesta de LH y testosterona en hombres mayores comparados con jóvenes.

Conclusión: ¿qué hacer con la disminución funcional de los testículos en el envejecimiento?

Por ahora los especialistas podrían realizar sustitución androgénica en el grupo hipogonádico en ausencia de contraindicaciones (próstata, etc.) y con un control estricto de su seguridad. O sea: indicar la administración de testosterona.

En pacientes con síntomas sugerentes de hipogonadismo y niveles normales bajos de testosterona, es posible que su umbral androgénico sea mayor, existiendo una deficiencia relativa de testosterona entre el nivel actual y valores mayores de otros períodos de su vida; en este caso se podría intentar una prueba terapéutica con testosterona.

Un análisis más objetivo de este punto se lograría si el médico solicitara determinaciones de testosterona en adultos jóvenes asintomáticos y recomendara conservar los resultados para comparaciones futuras.

La andropausia comienza alrededor de los 35 a 40 años de edad y los síntomas y signos clínicos no son tan evidentes. Unido a la declinación de los niveles de Testosterona, aumentan los de globulinas transportadoras de andrógenos (SHBG), las que se unen a la Testosterona y limitan su cantidad y eficiencia a medida que el hombre envejece.

Los valores de Testosterona decrecen en un 1,6 % anualmente después de los 50 años de edad; sin embargo, pueden existir diferencias individuales. Los valores de Testosterona total disminuyen en un 35 % en los hombres de 20 a 80 años de edad, en tanto la Testosterona libre (TL) disminuye en un 50%.

Esto significa que la función testicular deficiente, llamada hipogonadismo, se transforma en déficit de testosterona. Existe la interesante posibilidad de indicar testosterona: es la terapia hormonal de reemplazo (tratamiento de sustitución). Pero para esto sería importante saber cuáles son los niveles normales para cada persona antes de comenzar el declive, lo cual daría una base más sólida para la indicación. La fracción biológicamente activa de la testosterona es un porcentaje muy pequeño de la que circula en sangre. Es la realmente importante y recibe el nombre de Testosterona libre o bio-disponible.

Mediciones en puntos de acupuntura

Los puntos de acupuntura tienen una peculiaridad que los distingue del resto de la piel: a su nivel, la resistencia eléctrica disminuye sensiblemente. Esto sirve para dos fines: demostrar su existencia objetiva (por si alguien pensara que los chinos creen en tonterías desde hace 4 mil años) y utilizarlos con fines diagnósticos para verificar, en  la persona en estudio, cuánta energía tiene y cómo está distribuida. Por otra parte, Wilhelm Reich llegó a la conclusión de que, en cualquier organismo vivo, la energía y las funciones vitales se organizan de manera segmentaria, aunque también hay un fluir longitudinal que transcurre por los meridianos que describe la acupuntura tradicional.

Los anillos o segmentos reichianos se prestan fácilmente para entender el proceso de declinación general y sexual  descripto en este trabajo. A cada uno de los siete anillos reichianos se los mide en un punto de acupuntura y con esos datos se construye una estadística diferenciada según sexo y edad. A continuación, algunas imágenes para ubicar a estos segmentos en el organismo humano, y luego gráficos con los resultados del estudio.

Este estudio se hizo hace algunos años con el objetivo de estudiar la cantidad y distribución de la energía en una buena cantidad de personas que pudieran funcionar como muestra de la población. También la medición de los puntos básicos de acupuntura se utiliza en los tratamientos de medicina energética: casi todos eran pacientes en estudio. Los valores se expresan en microamperios.

Armadura muscular equivale a coraza muscular, el término que eligió Reich para expresar los dispositivos de resistencia a las influencias externas que se perciben como negativas. Entonces el sistema entero se abroquela, se rigidiza para evitar las influencias negativas que puedan perturbar el transcurrir fluido de la energía. Como las amebas que se enquistan para evitar un ataque, para dar un ejemplo.Se supone que lo mejor es tener una coraza flexible, elástica. Porque no se puede vivir sin alguna defensa, pero tampoco con un exceso de ella, con una coraza demasiado rígida.

Para más información:  http://www.acupuntura-orgon.com.ar/mediciones.htm  /  http://www.acupuntura-orgon.com.ar/estadistica.htm   /   http://www.acupuntura-orgon.com.ar/mapa.htm  /  http://www.acupuntura-orgon.com.ar/investigaciones.htm  /

Se hicieron 1305 mediciones en puntos de acupuntura representativos de los anillos o segmentos descriptos por Wilhelm Reich,  entre 1989 y 1995. Anillos en sexo femenino, 842 mediciones. Anillos en sexo masculino, 463 mediciones. Todas ellas en Buenos Aires, Argentina. Se eligió un solo punto de acupuntura para cada anillo o segmento.

 

              

 

  

 

 

               

Comentarios sobre los gráficos:

  1. La tendencia general, como puede verse en los tres primeros gráficos (Promedio General y por sexo) indica que los anillos 1 y 2 (ocular y oral) están más cargados que el resto, energéticamente hablando. Y que los anillos 6 y 7 (abdominal y pélvico) son los menos cargados. También puede verse que el anillo 5, el diafragmático, sobresale un poco entre los que lo rodean, expresando un bloqueo respiratorio.
  2. Los cuatro gráficos que siguen, por sexo y grupos etarios, siguen la misma línea. Pero lo importante es notar una leve diferencia de carga energética que se repite sistemáticamente en las mediciones de energía entre varones y mujeres (10% más en los varones).
  3. Y por último, verificar como la proporción entre los anillos se conserva, pero con tendencia a la baja a medida que la edad aumenta. Y esto es más notable en el anillo 7, el pélvico, notoriamente ligado a la sexualidad, tanto en mujeres como en varones.

         

Ciertas posibilidades diagnósticas y terapéuticas

Es necesario distinguir entre hipogonadismo (hipofunción de la glándula testicular) y envejecimiento. El hipogonadismo, que incluso puede presentarse en la infancia, es una enfermedad. El envejecimiento no, es una etapa en el transcurrir de la vida. Hay un punto donde estos cuadros podrían intrincarse. Y es en el envejecimiento precoz y/o acelerado. Si a los 40 o 50 años una persona experimentara disminución de la libido,  disfunción eréctil,  declinación de las capacidades cognitivas como la interpretación visual-espacial,  trastornos del sueño,  inestabilidad vasomotora y marcados cambios del estado de ánimo como depresión y accesos de ira, podríamos pensar en una variedad de hipogonadismo reactivo.  Pero en todos los casos encontraremos bajos los niveles de testosterona. También puede presentarse el mismo cuadro más adelante, a los 60 o 70 años. Estos casos encuadrarían más en una etapa de envejecimiento avanzado, que en esta época suele aparecer más cerca de los 70 u 80 años, pero con los mismos síntomas ya descriptos. Y entonces hablamos de vejez, simplemente.

Ahora bien, incorporando conocimientos recientes acerca del papel de minerales que faltan o escasean en la alimentación estándar normal, podemos entender mejor que algunas de las características ya mencionadas de deficiencia de testosterona se presenten sin necesidad de un fallo testicular, hipofisario o hipotalámico. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el magnesio. Este mineral indispensable para el funcionamiento de todo el sistema (interviene en más de 300 reacciones biológicas esenciales) se encuentra en muy baja cantidad en la dieta normal porque su carencia de origen está en las tierras de cultivo, que dejaron de tenerlo adecuadamente luego de la primer guerra inter-imperialista (1914 a 1918). La necesidad diaria mínima de Magnesio es de 600 miligramos, pero las dietas estándar aportan cerca de 200 miligramos. Es cierto que algunos alimentos tienen más cantidad de Magnesio que otros (los frutos secos, por ejemplo), pero en la práctica es imposible cubrir las necesidades reales con nutrición, por buena que sea. Para colmo, los requerimientos de magnesio aumentan con la edad, de manera que hay que tomarlo como suplemento nutricional. Porque una de sus muchas cualidades es aumentar la cantidad de testosterona libre o bio-disponible, la que realmente funciona. Además es esencial para variedad de órganos y sistemas, de manera que su carencia puede estar asociada a los síntomas descriptos como “deficiencia de testosterona” o confundirse con ellos. Por eso, antes de pensar en dar testosterona, hay que corregir la deficiencia crónica de este mineral. Que también es esencial en las sinapsis neuro-musculares, en la emocionalidad, en la energía general y en el funcionamiento cardiovascular.

Para más información sobre el Magnesio: http://www.acupuntura-orgon.com.ar/el_magnesio.htm

Pero aparte del magnesio (cuyo dosaje en sangre puede hacerse pero es inútil), es importante investigar la cantidad de testosterona en sangre si varios o muchos de los síntomas se presentan a edades relativamente tempranas, antes de los 50 años o entre 50 y 60 años.  O incluso pasando los 70 si la aparición de síntomas es muy abrupta.

El valor normal de testosterona total es de 300 a 1.000 ng/dL (10,5 a 35 nmol/L). La concentración de testosterona debe medirse en la mañana,  antes de las 10 horas. Luego, si se considera necesario, se investiga Testosterona libre y otras hormonas: FSH, LH, 5a-DHT, Prolactina y Estrógenos. Y en función de la clínica y el laboratorio, se determina si es bueno o no indicar testosterona. Hay variedad de maneras de utilizarla, las más indicadas son inyectable IM o sobre la piel, como gel. Cuando realmente falta testosterona, el efecto de utilizarla es notable y no tarda más de dos semanas en notarse. Pero hay que controlar distintas variables porque administrar hormonas no es inocuo, como ya aprendimos con los estrógenos en las mujeres.

Tal vez la mejor alternativa sea utilizarla hasta que se nota el efecto, disminuir la dosis (por ejemplo pasar de un sobre con gel diario a la mitad) y a los pocos meses (3 por ejemplo) pasar a otro sistema para intentar mantener los niveles de la hormona sin utilizarla directamente. Pueden usarse hierbas, muchas de las cuales son de probada eficacia como el Ginseng o la Maca. Y también hidrolizados de órganos, cuya descripción general puede consultarse en: http://www.acupuntura-orgon.com.ar/los_hidrolizados.htm

 El cuadro siguiente ilustra acerca de los valores normales de todas las hormonas mencionadas:

Existe consenso acerca de que si la Testosterona total está por debajo de 300 ng/dl, hay que ocuparse y preocuparse haciendo un tratamiento. Y no necesaria y obligadamente con Testosterona, hay otras opciones.

Es importante hacerse un dosaje de testosterona total aunque no haya problemas que indiquen su carencia, porque es un dato a tener en cuenta para el futuro. Saber qué cantidad de hormona tenía uno a los 30 o 40 años es de mucho valor si más tarde comenzaran los síntomas. Si esto ocurriera hay que consultar independientemente de la edad y aunque no estén ligados al funcionamiento sexual, que es lo que más importa a la mayoría.

¿A quién consultar? Es un problema, pero diría que a un clínico competente (si tuvieran la suerte de encontrar alguno) y a un cardiólogo, por si existiera alguna señal de incipiente insuficiencia coronaria, que puede manifestarse durante bastante tiempo como disfunción eréctil. Por supuesto que si encontraran un andrólogo o sexólogo, también está muy  bien y bastaría, junto con el cardiólogo. Pero no esperen suponiendo que las cosas se arreglarán solas y echándole la culpa al estrés o a la pareja. No se contenten con usar Sildenafil o parecido para salir del paso. No es buena idea cuando se adopta como costumbre, especialmente si se tiene en cuenta el amplio panorama de dificultades que se abre a partir de conocer cuáles son las acciones biológicas y emocionales de la testosterona. Y también porque el uso prolongado de esta medicación puede acarrear indeseables efectos secundarios.

Muy importante considerar que un buen diagnóstico hecho a tiempo implica una terapéutica más profunda e integral. Pero ocuparse solo de la disfunción sexual tomando pastillas en cada encuentro es altamente peligroso: por lo que no atiende y por la posibilidad de los efectos secundarios.

También es bueno saber que, además de un buen encuadre general que debe incluir la toma de Magnesio y eventualmente la hormona, hay muchas posibilidades de mejorar la vida sexual con las hierbas y los lisados mencionados, pero también con otras técnicas y procedimientos que seguramente no les mencionarán, ya sea por ignorancia o interés. Por ejemplo: la acupuntura, la homeopatía y la bomba de vacío, entre otras.

La andropausia no es un proceso de castración

Es sutil, lento e inexorable, casi como un castigo. Pero la castración generalizada en esta civilización es cultural, no biológica, y empieza en la niñez.

La andropausia (y la menopausia) no solo implican historias personales: la cuestión es colectiva (social) y sus orígenes se hunden en las tinieblas del Patriarcado, el sistema confiscatorio de la vida todavía vigente pese a ropajes que apenas lo disimulan.

Algo sabemos, aunque no demasiado, acerca de cómo vivimos los humanos en otras culturas y  otros tiempos. Por ejemplo: conocemos algo de la Vieja Europa del neolítico, de los Arawacs (los que encontró Colón en el Caribe), de los Tehuelches de la Patagonia ya casi desaparecidos y de otros pueblos que también aman y reivindican la vida: en la actualidad muy pocos y la mayoría al borde la extinción. Sí sabemos que este es tiempo de crisis y su expresión biológica ha empeorado en los últimos años, tanto que las cifras promedio de Testosterona y espermatozoides aptos han descendido en los Estados Unidos, de acuerdo a estadísticas confiables.

Pero esta cultura euroasiática, que desde hace 6 a 8 milenios domina en forma de Patriarcado, es profundamente castradora de la vida en cada recién nacido y a lo largo de toda su existencia. Según un mito occidental muy divulgado (y aplicable exclusivamente a esa cultura), esta marca en el orillo se llama complejo de Edipo. Y así nos desarrollamos y vivimos: escapándole, si podemos, a las consecuencias más invalidantes y humillantes de la castración original. O sea: a la muerte en vida. Heredamos una civilización profundamente enferma, de manera que somos  hijos de la carencia y no de la abundancia, como es la vida naturalmente cuando se la deja vivir. Es más: habitamos sociedades que son el resultado de la organización de la carencia.

Y ahora sabemos que el comienzo biológico de la castración-andropausia (en los que logran llegar más-o-menos enteros), es alrededor de los 30 o 35 años. Este es el momento en que empiezan a disminuir drásticamente las hormonas básicas relacionadas con la cuestión que nos ocupa y nos preocupa.  ¡Demasiado jóvenes para empezar a vivir con ese límite tan temido, aunque sus consecuencias comiencen a notarse en un “después” tan variable como cada historia!  Esto explica a la perfección la escasa vitalidad de la gran mayoría de la población y su tendencia a refugiarse en mediocres expresiones de existencia. El declinar precoz de las hormonas es indicador fiel de esta grave limitación y sus consecuencias, que pueden transformar la vida en una pesadilla, muchas veces demasiado larga, según parece suceder en la actualidad.

Y entre las mujeres ocurre algo parecido: las ginecólogas recomiendan embarazarse antes de los 35, porque después empiezan “los problemas”. Uno de ellos es la dificultad para parir naturalmente o, simplemente, saber hacerlo. Aquí ya estamos rozando el ridículo y la corrupción: ¿conocen mujeres que, en la actualidad, tengan a sus hijos por parto natural? ¿O que no necesiten un curso para “aprender a parir”? ¡Es lo mismo que necesitar adiestramiento para saber orinar!

Un aspecto muy importante es aceptar que debemos aprender mucho de las culturas antiguas, que han resuelto de manera creativa y original algunos problemas ligados al crecimiento,  desarrollo y equilibrio social. Los tehuelches, por ejemplo, descubrieron una ingeniosa manera de evitar o disminuir la posibilidad de embarazo. Calentaban los testículos, lo cual implicaba una inhibición de la generación y liberación de espermatozoides. Vaya a saber cómo lo descubrieron, es tan enigmático como el descubrimiento de los puntos de acupuntura por los chinos. Pero lo lograron aprovechando la circunstancia de que los túbulos seminíferos necesitan una temperatura más baja que la del resto del organismo, razón por la cual los testículos están fuera del abdomen, a diferencia de los ovarios. Bueno, no es tan “enigmático” en ninguno de los dos casos: eran inteligentes y observaban con atención y vocación el mundo que habitaban.

Podríamos acudir a otros mitos y diversas historias, pero el significado profundo de la cuestión (y su resultado) es que nacemos dentro de una trampa que nos transforma en víctimas y al mismo tiempo nos declara culpables. Víctimas de un mal llamado Miedo a Vivir. Y culpables si logramos superar el Miedo y lo intentamos. La precocidad de la aparición de la andropausia es una prueba palpable de intento de castración. Es que sus implicancias son vastas y sus resultados, impredecibles. Pero todos suenan a límite, a restricción, a desarrollo de carencias y necesidades sustitutivas. Todo lo contrario de la vida y sus características básicas, que son la generosidad, la exuberancia, el despliegue, la expresión y la alegría. El proceso de la andropausia implica convertirse en alguien tosco, torpe y turbio. Va encogiendo al cuerpo como si quisiera hacer  tocar la tierra con la frente. ¡Y no me digan que esto es natural!  Podrá serlo a una edad bastante avanzada, pero no entre los 40 y los 60, decididamente.  Y sin embargo en nuestra cultura está empezando cerca de los 35 años…

La andropausia es un otoño por la edad en la que suele empezar a manifestarse. Y no un otoño al cual se le presta atención y cuidado. No: es “distraído” porque se supone que a los varones nos está vedado tener “esos problemas”. Y si los hay, “mejor que no se noten”, de manera que hacerse el distraído es la norma. Y por eso el silencio en un tema que necesita mucha divulgación y conocimiento colectivo. Los varones tenemos que aprender mucho de este otoño inevitable. Y las mujeres, también.

 

          

 

 

Autorretratos de Rembrandt, su propio devenir

                                                                            

 

                                   

 

Y este, que no parece autorretrato, pero es genial:

 

 

                     A Inicio     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Medicina energética

Inicio / Presentación / Esta medicina / Revitalización al natural / Investigaciones / Historias / Programa Azul / Viaje / Desintoxicación / Diccionario / Cerebros / Para qué sirve / Sociedad / Mapa / Concierto / Funciones / Estadística / Mediciones / Revitalización / Glosario / Articulos / Enlaces / Morir como chanchos / Chicos / Plantas / Acupuntura-Orgón / English / Deutsch / Talleres / Viagra, Hierbas chinas / El experimento de Alcoy / Limpieza Hepato-Biliar / Programa de Desintoxicación / La Gripe / El Invierno / Los Hidrolizados / Los acumuladores de energía orgón / El Dor-Buster / La Primavera / Cielito Lindo I / Acupuntura Estética / La revolución Reich / La medicina catastrófica / Los bebés orgónicos / Orgón y Dor / La Clonación de Idiotas  / Revitalización y Envejecimiento / Talleres 2015 / El magnesio / La manta de orgón / La medicina moderna  /  Andropausia

Dr. Carlos Inza / Salguero 1807 - 11A / CP 1425 Buenos Aires - Argentina / Tel-fax: (011) 4822-5946  
           acupuntura.orgon@gmail.com
                 acupuntura_orgon@yahoo.com.ar